Queso con limón

No es cualquier queso, no es cualquier limón.

La encrucijada

Mirar hacia un lado fíjamente no quiere decir que tomaremos ese camino; todos estamos llenos de dudas, incluso hay gente que se perece en plena encrucijada y envejece sin saber lo que hubiera sido mejor para su vida o lo que sigue siendo malo, quedándose en un eterno umbral de pensamientos sin sentido y de hechos erróneos, uno tras otro hasta el final de sus días, sin darse cuenta que la encrucijada no tiene fecha de caducidad.

Bien por aquellos que tienen el don de tomar decisiones acertadas o de aquellas que poseen la virtud de elegir el camino incorrecto y soportarlo por no regresar a la encrucijada y empezar de nuevo por una vía alternativa. Nunca es tarde para recapacitar y arrancar de nuevo, no sin antes autoanalizarse y si preguntarse si es eso lo que de verdad se quiere.

La encrucijada es sólo la etapa donde nos detenemos obligatoriadamente a reflexionar sobre el destino vamos a tomar; sin embargo, no todo termina cuando decidimos, por el contrario, hay otros ciclos en nuestras vidas: el camino, que es donde vamos recogiendo todo el conocimiento que servirá para cuando lleguemos a nuestra meta; los pueblos, donde hacemos el autoanálisis sobre si es el camino correcto por donde vamos, y la ciudad, que no es más que la meta de nuestro recorrido.

En la encrucijada no hay semáforos, todas las vías están disponibles en cualquier momento y no hay que esperar ninguna luz, tampoco hay medios de transportes que nos lleven a la ciudad, pero en algún caso nos dan un aventón hasta el siguiente pueblo, más no hasta la meta. Un empujón no está nada mal, pero andando todo el recorrido a pie vamos superando los obstáculos del camino y llegaremos más preparados para afrontar cualquier reto en la ciudad, es más, no habrá mayor reto en ella que en el mero camino.

La encrucijada es un ciclo de la vida que no tiene edad de llegada e incluso algunos no pasan por ahí porque la vida elige su camino por ellos, pero muy poco rompen con este paradigma y crean su propia encrucijada, o más bien su propio destino.

No es fácil elegir el camino correcto. Estar parado frente a tantas carreteras. La cantidad no depende de cada quien, son las oportunidades que te da la vida en un momento dado, casi siempre en la adolescencia. Debemos decidirnos por una sola y no hay un número definido de vías; hay quienes tienen dos, tres o más. Lo bueno es que siempre habrá un mínimo.

Para no equivocarte cuando la vida te ponga frente a tu encrucijada repleta de vallas con las oportunidades que te ofrecen por cada camino, lo más importante es viualizarse cómo te quieres ver en un futuro y si de verdad es eso lo que deseas para ti. Existen personas que no tiene la suficiente madurez para tomar el camino correcto, pero en muy pocos casos al llegar a la ciudad y darse cuenta que no es lo que quieren, regresan a la encrucijada y toman una nueva alternativa.

El camino de la encrucijada a la ciudad carece de longitud, es por ello que no hay un tiempo estimado de llegada, todo depende del interés de llegar a su destino. También existen caminos engañosos, que pueden ofrecerte alternativas con distancias estrechas hasta la metrópolis. Muchos caen en esa tentación, pero muy pocos logran detenerse en un pueblo a recapacitar y regresan por una mejor oportunidad.

»En estos momentos me encuentro la encrucijada, no por primera vez; ya había elegido antes, estuve en una ciudad y no me gustó. Pasé por varios pueblos y no decidí regresar simplemente porque quería saber cómo era el final del camino. Aquí estoy de nuevo y pronto partiré a otra ciudad»

Una respuesta a «La encrucijada»

  1. Avatar de Solmaira Delgado
    Solmaira Delgado

    De decisiones e incertudumbres está llena la vida, de toma de desiciones, sin saber realmente el camino correcto, de algo puedes estar seguro y es que de acuerdo a una decisión sea buena o mala, siempre tendrás una experiencia, un aprendizaje, que te llena de conocimientos y solo estará en personas que saben aprovecharlos, será utilizado por sabios por personas con carácter, que saben decir lo que deben decir en el momento justo sin sobrepasar los limites. En la encrucijida como tu relato lo dice es el punto de partida donde hay muchos caminos, muchas oportunidades, todas con su respectívo riesgo pero cada una con un final.
    La decisión de que hacer en momentos precísos es muy personal, si las decisiones son acertadas o no, no sólo depende de nosotros sino de las personas y circunstancias que se encuentran a nuestro alrededor más sin embargo de nosotros sí depende las personas que nos rodean, por que ya que estamos claro en que queremos y a donde vamos, eso nos permite saber que queremos aprender de cada una de ellos, las paradas, los pueblos, las ciudades y todo aquello que veamos en nuestro camino serán siempre nuestro punto de partida, nuestra fuerza de seguir siempre adelante.
    Para finalizar, solo puedo agregar que la desición de que hacér y en que momento realizarlo será la mejor, siempre y cuando nunca te arrepientas de nada, solo tomar ese aprendizaje para que no vuelva a suceder. Somos dueños de nuestro destino y solo depende de nosotros hacerlo cada dia más completo, lleno de aventuras, responsabilidades, alegrías, entrega e infinidades de sentimientos.

Responder a Solmaira DelgadoCancelar respuesta